Hace unos meses hicimos masa madre de centeno, pero desde hace dos se quedó olvidada en el frigorífico. Hace unos días nos recordamos y decidimos ponerle remedio… ¿Se había muerto?
¡La respuesta es no! Se había creado una capa de color negro a la superficie de la masa madre con un fuerte olor. Tiramos este líquido negro y cogimos, a ojo, una pequeña parte de la masa madre. Hicimos la mezcla con agua y harina de centeno, y nos esperamos 24 horas. Al día siguiente ya podíamos ver pequeñas burbujas y, por lo tanto, había actividad.
Pasadas estas 24 horas repetimos el proceso y cada vez podíamos comprobar que la masa estaba más activa. La alimentamos tres veces más, cada 12 horas, hasta que, el último día cuando fuimos a verla, nos dio unos buenos días así de explosivos.
Hemos conseguido recuperar una masa madre de centeno y darle mucha vida.
Ahora toca empezar con las pruebas y nuevas recetas, esperamos que igual de explosivas.
Si quieres ver un pequeño video de la masa madre en acción… ¡Haz clic en el siguiente enlace!